A reducir Co2
Conviene exaltar que Colombia en ese aspecto no se ha quedado atrás y que nuestras instituciones del sector energético están haciendo historia en materia de la normatividad aplicable para la generación de energía eléctrica baja en carbono.
Estamos presenciando la creación de incentivos, reglas, derechos y condiciones focalizadas en alcanzar la reducción de emisiones de CO2 en un 30 % para el año 2030, incluso el año pasado a través de la Ley 1844 de 2017, Colombia aprobó el "Acuerdo de París" y con lo cual nos acogimos a cumplir con la reduccion de emisiones de efecto invernadero, en conjunto, estas medidas se pueden identificar como un compendio que refleja la política de descarbonización en Colombia. Un ejemplo de esa buena intención quedó anotado recientemente en los lineamientos que el Ministerio de Minas y Energía trazó con el Decreto 550 expedido este año, en el cual definió unos objetivos para implementar un mecanismo que promueva la contratación de largo plazo para los proyectos de generación de energía eléctrica. Sin embargo, el mecanismo no es para cualquier tipo de generación de energía, la instrucción que dio el Ministerio es que se debe procurar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de generación de energía eléctrica, lo cual resulta coherente con los compromisos pactados.
No obstante, continuan llegando proyectos de generación de energía a través de recursos poco amigables con el medio ambiente, los cuales, a través de técnicas especializadas intentan forzadamente alinearse a los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, con una peligrosa particularidad que va en contravia de nuestras políticas de descarbonización, y es que con bajos costos de producción estos proyectos pueden llegar a desplazar a las pequeñas centrales hidroeléctricas o PCHs, a la generación con gas natural o a las fuentes de generación de energía con renovables, las cuales sí generán energía con baja producción de emisiones contaminante y alivian el calentamiento global.
Para mantener la senda marcada por nuestra política de descarbonización, una medida es promover el gas natural vehicular como herramienta de transición en el transporte de carga pesada, público y de transporte marítimo. Otra medida pero a nivel de generación de energía eléctrica, es que las autoridades del sector energético no permitan la participación de aquellas centrales de generación que usen minerales altamente emisores de CO2 y que sus minerales no provengan de actividades extractivas ajustadas a buenas practicas empresariales; esto último considerando que la explotación de algunos minerales proviene del interés de los ilegales por obtener recursos naturales sin ningun tipo de control en su accionar minero.
En terminos generales, el mecanismo que se defina para permitir la contratación a largo plazo de proyectos de generación de energía debería considerar no solo los bajos costos operativos de una central de generación sino tambien la sostenibilidad que el proyecto puede aportar a nuestra política pública de descarbonización.
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