Los retos de la Econom

Por: Abdón Sánchez

Los retos de la Econom

Está a punto de terminar el año 2017 y quedaron para nuestra economía muchas tareas pendientes, incluyendo las predicciones optimistas del gobierno. Nuestro Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, acaba de ajustar su estimativo de crecimiento económico a 1,8% para el año 2017, cuando la meta era del 2%. Algunos expertos son aún más críticos y proyectan el cierre del año con un PIB entre 1,7% y 1,6%.

 

 Las explicaciones para no haber podido cumplir con dicha meta las podemos resumir en un pobre desempeño del sector comercial (1,4% durante el tercer trimestre) y peor aún, con decrecimiento, en el sector industrial (-0,6%), y en minería y construcción (-2,1%).  Los únicos sectores con crecimientos positivos por encima de los demás sectores, son los sectores agropecuarios, financieros y servicios sociales.  El sector agropecuario impulsado por la recuperación de la producción cafetera y el financiero por su desempeño positivo, pese al decrecimiento de la demanda de créditos debido a la desaceleración económica.

 

La razón del pobre desempeño de los sectores comercial e industrial, desde nuestro punto de vista, tiene una muy simple explicación: el incremento en los impuestos como el IVA (16% al 19%),  mantener un impuesto a la renta alto y una tasa efectiva de la renta mucho mayor a la nominal (no deducibilidad de todos los costos en que incurre el empresario para lograr sus resultados), ahuyentando la inversión en expansión de empresas existentes o en la creación de nuevas.  

 

En este punto tenemos que recordar las palabras sabias del héroe británico que vivió, participó y superó las dos guerras mundiales que han azotado la humanidad, Winston Churchill, quien dijo lo siguiente respecto a los empresarios: Muchas personas miran al empresario como el lobo que hay que abatir, otros muchos lo miran como a una vaca que hay que exprimir, y muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro”.

 

Mientras un país, sus ciudadanos y por supuesto el gobierno de turno, no tenga claridad en este concepto, como sí la tenía Churchill, en el sentido de que no puede haber crecimiento económico, ni reducción de la pobreza, ni reducción del desempleo, ni la eliminación del empleo informal, si no se tiene un empresariado industrial y de servicios fuerte, rentable y en permanente crecimiento. No podemos seguir pensando en el petróleo como nuestro único salvador, y que nuestro bienestar presente y futuro dependa exclusivamente de éste.  Los commodities, tal como lo son el petróleo, el carbón y el gas, no cuentan con valor agregado, y además son un recurso natural no renovable, que tarde o temprano será reemplazado por otras fuentes de energía. Seguramente en poco tiempo, más rápidamente de lo que nos podemos imaginar, la gran mayoría de los vehículos serán eléctricos y auto piloteados, y en ese momento la demanda de dicho combustible decaerá , así como sus precios. No nos queda otra camino que la industria, la construcción, la agricultura y la prestación de servicios.

 

La reforma tributaria, si bien le sirvió al gobierno para reducir el déficit fiscal, ocasionado por la caída en los precios del petróleo, tuvo que pagar un precio muy alto: desaceleración económica.

 

Los retos para el año 2018, en cabeza del gobierno que finaliza y el que va a comenzar, son lo siguientes:

 

  1. Impulsar el crecimiento de los sectores industrial, comercial, servicios y de la construcción. Se debe pensar en fórmulas innovadoras y efectivas. Por ejemplo proponemos lo siguiente: apoyar financieramente todas las empresas que están en crisis financiera, reduciendo impuestos y tasas de interés de mora y sanciones por no pago de impuestos (amnistías), así como brindar facilidades de pago por deudas con la DIAN o con los municipios, que puedan ser acordadas y cumplidas por los empresarios, sin exigir garantías reales impracticables, tal como sucede hoy, y que hacen imposible acceder a una facilidad de pago. Una vez logrado el acuerdo de pago se debe aplicar una tasa de financiación comercial y no la máxima legal como ocurre en la actualidad, lo cual termina por deteriorar aún más las finanzas de las empresas en crisis. Estas amnistías deberían también aplicar para deudas con la UGPP y el SENA.

 

  1. Flexibilizar la nomina y hacerla menos costosa para los empresarios, pagando por las horas realmente trabajadas por cada empleado, excepto en caso de incapacidades por accidentes de trabajo o enfermedades comunes reconocidas y pagadas por la ARL y la EPS respectivamente. Con esta fórmula se lograría mejorar la productividad al reducir el ausentismo. Los costos de SENA y otros cargos que hoy en día son pagados por los empresarios, deberían ser absorbidos directamente con recursos del estado, provenientes de los impuestos y no cargarlos a la nomina. Debería ser posible contratar y terminar un contrato laboral sin ningún sobre costo o indemnización, ni para el empresario ni para el empleado.  De esta forma se podrá contratar personal o despedir, dependiendo de las necesidades del momento, sin necesidad de pensar en los costos y problemas legales que esto pueda traerle al empresario.

 

  1. Plantear una reforma tributaria con proyección de largo plazo, que tenga los siguientes objetivos:

 

  1. Alcanzar una tasa de impuesto de la renta similar a la de los países de la OECD (25%).
  2. Reducir al mínimo posible los costos no deducibles que hacen que la tasa de impuestos efectiva realmente pagada por los empresarios sean muy superior a la tasa nominal, alcanzando en muchos casos el 100%, es decir que si la utilidad neta de un empresario es de 100 millones, le debe pagar al gobierno 100 millones en impuesto de renta, quedándose los accionistas con cero pesos de utilidad real. Esta practica aplicada erróneamente en nuestro país, viola el principio universalidad de no confiscatoriedad, el cual consiste en que la recaudación impositiva llevada a cabo por el estado nunca podrá ser tal que conlleve la privación completa de bienes o rentas del sujeto, es decir el 100%. Esta es la razón por la cual no es atractivo invertir en la creación de una empresa en Colombia, se trabaja exclusivamente para el gobierno, quien es el que se queda con la utilidad del negocio. El por qué en nuestro país se ha llegado a esta situación, seguramente parte de la falta de claridad en el papel  que juega el empresario, dentro de la economía de un país, tal como lo mencioné al comienzo de esta editorial, quizá influenciada por ideas de izquierda que poco a poco han permeado los partidos tradicionales de centro y derecha.
  3. Incluir como contribuyentes del impuesto de la renta a todos los sectores productivos de la economía sin excepción, sin importar si estos hacen sus operaciones en efectivo o a través del sistema financiero y sin importar el tamaño de los mismos, evitando la evasión.
  4. Reformar el sistema de justicia y el sistema penitenciario, para mejorar los indicadores de impunidad y de corrupción. Altos niveles de impunidad resultan en altos niveles de corrupción.  Un nivel alto de corrupción dificulta la libre empresa y la libre competencia.
  5. Impulsar la inversión privada en la infraestructura de transporte del país (carreteras, ferrovías  y aeropuertos).
  6. Invertir en la mejora de las carreteras secundarias.
  7. Reformar el sistema de salud, para hacerlo más eficiente y equitativo. Ver Editorial “Plan de acción para mejorar” del mes de octubre de 2017.
  8. Fortalecer el sistema educativo, tanto en secundaria como universitario, para mejorar la cobertura y calidad. Ver Editorial “Plan de acción para mejorar”.

 

Como se puede deducir,  el próximo gobierno tiene un tarea para nada fácil de ejecutar, dado que implica un compromiso de muchos sectores tanto políticos como gremiales. De parte de nosotros los ciudadanos de a pie, nos queda una igualmente importante: elegir correctamente al próximo Presidente de la república de Colombia y los ilustres senadores y representantes que lo acompañaran desde el Congreso. Debemos cumplir con esta obligación en forma consiente y cuidadosa, analizando una a una las propuestas de cada uno de los candidatos, sin dejarnos engañar por propuestas populistas impracticables, que acostumbran hacer muchos candidatos disfrazados de demócratas, pero que en sus esencia  son comunistas o  idealistas, que creen en sistemas de gobierno anacrónicos que solamente son practicados en países atrapados y congelados en el pasado; guiados por dictadores que se quieren más a si mismos que a su prójimo, dispuesto a lo que sea por permanecer en el poder, incluso después de su muerte.

 

 

 Abdón Sánchez Castillo

Gerente Notinet.
Master of Business Administration (MBA)
Administración y gestión de empresas, de la Universidad de los Andes.

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