Ni muerte ni criminalizaci

Primera entrega

Ni muerte ni criminalizaci

Es el clamor de cientos de pobladores del municipio de Buriticá, departamento de Antioquia, quienes no salen de su asombro al conocer la publicación del diario el espectador “ECONOMÍA 4 JUN 2016”, en la que sostuvo: “En una reunión de concertación fue grabado un audio conocido por El Espectador, en el que un alto funcionario de esa compañía, que se identifica como el vicepresidente, señala lo siguiente: “Quiero decirles que el viernes en el Viceministerio de Minas se dijo ‘mátenlos’, y yo le dije, ‘¡hey! no use esa palabra, viceministra’, entonces dijo: ‘no, perdón, cancélenlo’, porque el análisis técnico lo tienen allá, ellos son los que nos están diciendo estamos de acuerdo con esta cancelación…”.

 Buriticá, abundancia minera ¿maldición o bendición?

La historia Minera del Municipio de Buriticá – Antioquia se remonta a épocas ancestrales, su nombre en sí mismo rememora los tiempos de la conquista, data la historia que el cacique Buriticá fue quemado en la hoguera a manos de los Españoles por su valentía al no confesar la ubicación del ansiado oro, su nombre se perpetuó en la memoria del pueblo y, es en su honor que el municipio lleva su nombre. 

Según archivos oficiales “En torno a la verdadera fecha de la fundación de Buriticá por los españoles, y el nombre de su fundador, existe una laguna histórica que abarca casi un siglo, desde la expedición de Badillo y el sacrificio del cacique Buriticá, hasta la fundación española propiamente dicha de este pueblo, que tuvo lugar, según unos, en 1616, y según otros en 1625”; al inicio del siglo XVIII, se registra la llegada de doña María Centeno, a quien se recuerda como la más “famosa minera de la época” ella, junto con el Gobernador de la Provincia don Gaspar de Roda explotaban las minas de la San Román, la mano de obra era resultado del sometimiento y la explotación de más de 500 esclavos, que eran forzados a extraer grandes cantidades de oro que durante más de 25 años fueron enviados a España. 

“Al finalizar el siglo XVIII, los principales depósitos auríferos de la Provincia de Antioquia se encontraban en el famoso cerro de Buriticá…” (Revista de El Colegio de San Luis, 2008); a inicios del siglo XIX, la comunidad desarrolla procesos empíricos tendientes a fomentar la minería, lo que durante siglos en conjunto con la agricultura y la ganadería se han constituido en su sustento.

Ahora bien, recorrida esa leyenda de esclavitud, explotación, opresión y muerte que rodearon a la patria en otrora, creo que para la actual me corresponde hacer un recuento sino igual muy cercano a esa historia de horror ya que hoy al igual que ayer las cosas no han cambiado y las imágenes que surcan las páginas, hoy describen escenas similares porque desde hace años una infortunada decisión del gobierno ha permitido la incursión de una multinacional con un proyecto minero a gran escala. 

Buriticá es un municipio con 364 Km2, los cuales en forma lenta y secuencial se han parcelado y poco a poco despojado de tradiciones, costumbres, cultura y hasta propiedad, porque en cualquier momento se producen incursiones con la razón de la lógica propiedad del mineral y el derecho a la explotación del subsuelo todo a favor de estos nuevos magnates. 

Si acudimos como cualquier desprevenido a consultar la página web del municipio de la multinacional encontraremos que “El área de impacto minero se compone de 19 concesiones registradas que cubren 17,574 hectáreas, 42 concesiones pendientes de registro para un total de 41,710 hectáreas y tres aplicaciones de concesiones para un total de 2,500 hectáreas” y aspira acumular más de 61,784 hectáreas, cifras estas que están en poder de los analistas, quienes en forma posterior nos confirmaran su veracidad.  

Desde hace dos años la estrategia gubernamental cambio y la minería se considera criminal, las autoridades policiales y la fiscalía sustentan su tesis afirmando que su producción económica supera a la del narcotráfico, y aquellos campesinos que se dedicaban a esta actividad recibieron el honorario título de criminales o delincuentes; secuencialmente se dio inicio a la llamada formalización y con ella una carrera hacia la incertidumbre, la  violencia, y el delito ya que mientras la agencia encargada respaldaba a la multinacional, sus moradores antes mineros hoy son perseguidos y judicializados por buscar el sustento para sus familias. 

Razón por la cual invitaré a la próxima publicación en la cual trataremos el fracaso de la formalización. “Si no llegamos a acuerdos en espacios reducidos y con un solo elemento de conflicto, que nos espera a los colombianos en la construcción del llamado posconflicto”.

Escrito por:

Gerardo Bernal Gamboa

Abogado  Especialista en Derecho Minero y Petrolero

directorgeneral@bernalpartners.com

www.bernalpartners.com


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