¿Por qué nos aferramos a que todo sea como antes ¿A QUÉ DENOMINAMOS “NUEVA NORMALIDAD”?

Opinión

¿Por qué nos aferramos a que todo sea como antes ¿A QUÉ DENOMINAMOS “NUEVA NORMALIDAD”?

¿Por qué nos aferramos a que todo sea como antes ¿A QUÉ DENOMINAMOS “NUEVA NORMALIDAD”?

“Porque todo tiempo pasado fue mejor.” Jorge Manrique de Figueroa

He de reconocer que nunca me gustó demasiado el concepto de “normal” y, por ende, tampoco el de “normalidad”. Al menos no como un concepto positivo o como una serie de preceptos inamovibles bajo el cual se estandarizan comportamientos, conductas, realidades y personas.

La gran lucha no es cuando te despiertas luego de una larga enfermedad, ni cuando pasas arduos procesos de recuperación, ni cuando tienes que aprender todo de nuevo. Te das cuenta de esto cuando quieres volver a reconstruir tu realidad: un trabajo, una pareja, un inmueble o a un equipamiento cultural o turístico. Es aquí cuando tomas conciencia de que tu gran lucha, es precisamente contra la normalidad, o la mal llamada hoy, nueva normalidad.

Me he pasado toda la vida abanderando el cambio. El cambio en mi situación personal, profesional, residencial etc. El término “nueva normalidad”, un término inquietante en su ambigüedad, que va más allá del eufemismo, es una aspiración a que todo vuelva a ser como antes de la pandemia, aceptando que habrá cambios, pero deseando en el fondo que sean los mínimos posibles. ¿No es esta “nueva normalidad”, una negación ante la evidencia de que el cambio es intrínseco a las vidas y a las sociedades donde estas se desarrollan? ¿No es un constructo ajustado a un esquema mental que estandariza la realidad y que no estimula la actitud ante el cambio, tan necesario para construir un mundo más justo, sostenible e igualitario?

Al igual que todos, deseo que esta crisis sanitaria termine cuanto antes. Pero deseo que si abandonamos una “normalidad” no sea para dirigirnos a otra. Es desde la óptica de la diversidad desde donde creo que debemos afrontar este nuevo ciclo como quiera que lo llamemos, muchos escritores le dicen “nueva era” otros “nueva existencia”. Esta nueva etapa será para aprender las nuevas formas de convivencia. Esto tiene grandes implicaciones, puesto que se deberán realizar cambios permanentes en el comportamiento de la sociedad. Dentro de estos nuevos hábitos probablemente se aplicarán normas de distanciamiento social, tanto en el ámbito empresarial, como en el social y personal. Con todas estas medidas, ya nada volverá a ser igual y el estilo de vida será marcado por este gran hito.

Lentamente estamos siendo conscientes de los cambios, por ejemplo, la pandemia ha confirmado la relevancia que tiene la empresa como motor de productividad y generación de riqueza. Hoy más que nunca se vuelve relevante la necesidad de medir el impacto de las empresas y asegurar que generen valor a sus clientes, accionistas, colaboradores, proveedores y a la comunidad a través de la medición del impacto en el ambiente y en la sustentabilidad de largo plazo sobre su actividad económica.

El papel de la empresa en la reactivación de la actividad económica será crucial. Los líderes deberán ver más allá de solo atender las necesidades de sus clientes, y re imaginar estrategias de negocios y nuevos modelos operativos que les permitan adoptar esta nueva etapa pronto.

A nivel social, las áreas en donde se han generado cambios importantes, y que seguirán evolucionando con las medidas de restricción. A causa del confinamiento veremos una transformación en la manera de convivir y socializar, de cuidar nuestra salud, de trabajar, de movernos y de consumir.

La situación ha transformado y seguirá transformado a la sociedad, pasando de ser masivamente consumista, a convertirse en una sociedad más humana, la cual se da cuenta de que lo que más le hace falta en este momento es la socialización con otros seres. Como solución a la falta de interacción presencial, ha habido un incremento en el uso de diferentes plataformas digitales para llevar a cabo reuniones sociales. A medida que la adopción de estas herramientas digitales es acelerada por la pandemia, tecnologías emergentes como la realidad virtual y realidad aumentada se desarrollarán para llevar a cabo nuevos tipos de interacción.

Los lugares donde se reúne una gran cantidad de personas, incluyendo bares y salas de conciertos serán los últimos en regresar a la normalidad. Las actividades más comunes de entretenimiento tendrán que cambiar para siempre con nuevas medidas de higiene, seguridad y distanciamiento social.

El ámbito de salud y bienestar ha tenido un gran impacto a causa del coronavirus. Muchos hábitos como la alimentación, la forma de realizar actividad física y la manera de acceder a servicios médicos tendrán que cambiar, quizás para siempre, y esto gracias a que una de las principales tendencias que se está viviendo actualmente es la de cocinar en casa. Si bien la tendencia wellness ya estaba presente en la manera de vivir actual, la pandemia servirá de acelerador. En esta tendencia veremos un crecimiento en el consumo local, derivado de la preocupación por la procedencia y la seguridad de los alimentos que se adquieren. Las empresas y negocios de alimentos deberán estar listas para generar confianza en sus clientes al compartir con transparencia la procedencia de sus productos.

A nivel laboral, vemos dos tendencias que han crecido exponencialmente como son el trabajo en remoto, teletrabajo, hecho que se estima que ha incrementado la productividad entre un 13% y 20% dependiendo la actividad y rol de la empresa. Este modelo se intensifica cada vez más, los grandes despachos, empiezan a ser conscientes de que los espacios físicos grandes no son necesarios, y por ello se desplazan a superficies más pequeñas en donde alojaran a su stand más fijo.

La consciencia ambiental es algo que ha venido incrementando en los últimos años, y la crisis actual provocó un aceleramiento en cuanto al consumo ambientalmente responsable. Previo a la pandemia, el 38% de los consumidores a nivel global decían que estaban dispuestos a pagar más por bienes sustentables y 30% gastaría más en productos socialmente responsables. Esta reevaluación de los productos que se consumen y el impacto en el ambiente y en la sociedad crecerá aún más a causa de la pandemia. 

Poco a poco volvemos a controlar nuestra vida y a tener la sensación de ir recuperando una cierta comodidad. No podemos bajar la guardia, pero tenemos que ir atreviéndonos a, de forma progresiva, recuperar hábitos sociales casi olvidados. Es hora de recuperar el control. Es útil pensar en positivo, pero siendo consciente que seguimos viviendo una situación de peligro.

No podremos sacarnos totalmente el miedo de encima, pero podremos recuperar el control de nuestro día a día, disfrutando de estar de nuevo a los mandos de nuestra vida. Al final nos veremos envueltos en una manera diferente de socializar, convivir, consumir, viajar, trabajar y estudiar que probablemente será más conveniente, consciente y saludable una vez que lo incorporemos al día a día.

 


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