Renovación o regeneración urbana, varias alternativas, pero tan solo un plan de ordenamiento territorial. La rehabilitación y reciclaje como formas de legalizar lo informal.
Renovación o regeneración urbana, varias alternativas, pero tan solo un plan de ordenamiento territorial. La rehabilitación y reciclaje como formas de legalizar lo informal.
Lidya Mabel Castillo Sanabria
Abogada/Master en Antropología urbana/
Doctoranda Ciudad, Territorio y Planificación Sostenible URV
En Colombia, desde el inicio de los años 60, se ha demostrado el interés de las administraciones públicas por conformar una estructura urbana compacta, que pudiese dar orden a una ciudad que tiene como principal lógica la expansión desmedida e incontrolada frente al aumento del abandono de las áreas centrales y su consecuente deterioro. Procesos como la relocalización de actividades y especialización de áreas, la sustitución de inmuebles obsoletos, y la renovación urbana con cambio de ordenación del espacio urbano, han sido las estrategias más comunes.
Desde entonces, se ha apostado prácticamente por la renovación urbana frente a otras actitudes de menor impacto para transformar las ciudades consolidadas. Durante la segunda mitad del siglo XX han coexistido dos formas de renovación urbana, sin que ello haya conformado un bagaje teórico o práctico sobre cómo aprender del deterioro, la obsolescencia y su actualización y mejoramiento:
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Como operación para modernizar la estructura urbana, que se entiende bajo un espíritu reformador e higienista que busca el saneamiento del espacio urbano y el mejoramiento de la vivienda, a través de un nuevo ordenamiento. Se caracteriza por los cambios radicales de uso o densidad para satisfacer nuevas necesidades. Generalmente se llevó a cabo y se sigue haciendo en las áreas centrales.
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Como instrumento normativo para incidir sobre el aprovechamiento de la renta de predios de localización central y oportunidad inmobiliaria. Si bien la norma es definida por el sector público, con ésta se apoya la iniciativa privada sin que surja de una necesidad de cambio por deterioro u obsolescencia, pero si implica densificación y uso intensivo del suelo.
El debate en Colombia y principalmente en Bogotá, D.C., capital del país, es la relevancia puesta en la regeneración de las áreas consolidadas frente al desinterés por propiciar y regular la expansión en sus periferias. Es decir, se está apostando por transformar la ciudad existente antes que continuar el crecimiento expansivo. En este contexto, la idea de reciclar las estructuras existentes de barrios como estrategia urbana, no tiene aún experiencias significativas que vayan más allá del patrimonio arquitectónico en el Centro Histórico como hechos individuales. Sin embargo, es posible afirmar que, en las áreas de asentamientos informales se ha consolidado una importante experiencia en reequipar éstos a través de lo público: equipamientos, parques, senderos peatonales, etc. Es, bajo esta idea, que podemos hablar de reciclaje de barrios, más en sus espacios libres que en sus estructuras habitacionales.
Para entender cada término, es preciso conocer su definición, y es por ello por lo que esta columna pretende aclarar cada uno en aras de poder escoger en cada caso el mejor método de intervención. Más que una moda, más que ser un tema de actualidad, debemos basarnos en las necesidades del país, entorno a las necesidades de quienes lo viven, y lo transitan diariamente.
La Renovación Urbana es considerada una operación que, entendida como un conjunto, conlleva la demolición y la reconstrucción de un sector consolidado, y que puede tener origen en la baja calidad de la edificación, su escasa adaptación a los cambios de actividades, la ineficiente ocupación del suelo o la escasa adaptación a los medios de movilidad. En suma, es un proceso de transformación que afecta tanto los sistemas generales como las edificaciones existentes pues se cambia el modelo de ordenación urbana preexistente.
Si bien es cierto que las operaciones de renovación urbana han sido dirigidas o lideradas en gran parte por el sector público, es igualmente cierto que son propiciadas por presiones privadas sobre un suelo bien localizado, con alto valor inmobiliario, y con un alto grado de deterioro. Por ello se le critica a este tipo de operaciones tres aspectos:
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Desde lo social, de romper lazos de barrio entre los habitantes realojados por fuera del límite de la operación y favorecer la formación de áreas residenciales o de oficinas para las clases más altas.
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Desde lo económico, de permitir beneficios importantes para los operadores privados al final del proceso, sin aprovechar las ayudas públicas utilizadas al inicio de la misma.
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Desde la morfología urbana, de oponer y desarticular barrios renovados a las condiciones del tejido urbano anterior y de su entorno.
Estas críticas han conducido a limitar este tipo de operaciones, o bien, a cambiar muchos de sus aspectos. Hoy, la renovación urbana se observa como una experiencia negativa para la ciudad y para los residentes de áreas objeto de intervención, pero, por otra parte, como experiencia positiva para los promotores inmobiliarios. En las últimas décadas, se ha dado un giro radical en este sentido al difundirse en muchos ámbitos académicos la idea de Regeneración Urbana.
Regeneración Urbana es la visión y acción comprensiva e integral que se dirige hacia la resolución de problemas urbanos y que busca dar un mejoramiento permanente en las condiciones económicas, físicas, sociales y medioambientales de un área que ha sido objeto de cambio. Ello implicaría no sólo conocer mejor los procesos de deterioro, sino también, propiciar la participación de todos los actores que intervienen en un proceso de cambio, en aquello que se está intentando alcanzar y cómo lograrlo.
Así las cosas, la regeneración urbana va más allá de los objetivos de la renovación urbana,
el redesarrollo urbano, la revitalización urbana.
La diferencia que establecen, por ejemplo, con la renovación urbana, es tan clara como esperanzadora: como política urbana característica de los años 70, la renovación urbana incrementaba el rol y la inversión del sector privado con un énfasis en el reordenamiento extensivo de barrios de áreas urbanas obsoletas, buscando un mejoramiento del entorno urbano. Por contraste, la regeneración urbana surge como una política urbana propia de los años 90 que aprende las lecciones dejadas por las décadas pasadas. Se mueve hacia una manera comprehensiva de la política y de la práctica, con un enfoque integrado de los problemas y sus soluciones. La colaboración pública-privada es dominante, es decir, busca el balance entre la financiación pública, privada y voluntaria con un énfasis en el rol de la comunidad en la toma de decisiones. La regeneración urbana además introduce en el sentido más amplio la idea de sostenibilidad urbana.
Los principios de la regeneración urbana son:
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En relación con los recursos:
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Se basa en el análisis detallado de las condiciones del área urbana, o su adaptación simultanea del tejido físico, las estructuras sociales, la base económica y las condiciones medioambientales de un área urbana.
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Resolución de problemas de una manera balanceada, ordenada y positiva y con programas desarrollados de acuerdo con los objetivos del desarrollo sostenible.
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En relación con el proceso y gestión: o
- Buscar garantizar consenso a través de la mayor participación posible y cooperación de todos los actores con un legítimo interés en la regeneración de un área urbana.
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Reconocer la importancia de dimensionar el progreso de estrategias hacia lograr objetivos específicos.
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Monitorear el cambio natural y la influencia de fuerzas internas y externas, las cuales actúan sobre áreas urbanas.
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Reconocer diferentes elementos y velocidades de los componentes de las estrategias en relación con los objetivos de la regeneración.
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