SALARIO M
Según el último informe del OECD (Estudio Económico de Colombia 2017, impulsando el crecimiento del 25 de mayo de 2017), Colombia ha mostrado mayor resiliencia respecto a otros países de Latinoamérica, frente a la reciente caída de precios de materias primas, no obstante, debe hacer mayores esfuerzos para mejorar la productividad, mejorar el clima empresarial, y lograr un crecimiento más inclusivo. Según dicho organismo es necesario mejorar también los resultados y calidad de la educación, reducir las barreras a la libre competencia, invertir en infraestructura para el futuro, reducir la carga fiscal para la inversión y los salarios, mejorar el empleo formal, hacer una reforma pensional (aumentar la edad de jubilación en forma gradual), atacar la informalidad, y establecer un salario mínimo diferencial por regiones.
Centrémonos en cuatro ejes principales: empleo formal, educación, salario mínimo y clima empresarial, lo cual no significa que los demás no sean igualmente importantes. Los cuatro aspectos mencionados están íntimamente ligados, y hacen parte del círculo vicioso de la pobreza en nuestro país.
Empleo formal
Pese a que el desempleo total nacional, para abril de 2017, se situó en 8,9, y ha venido disminuyendo durante los últimos años, también en cierto que el empleo informal no ha mejorado mucho durante los mismos años, se ha mantenido entre un 50% y un 47%, lo cual no es para nada bueno. En la figura 1, se muestra el porcentaje de trabajadores por cuenta propia, respecto a otros países, ubicándonos en una posición desventajosa, respecto a los demás. Por ejemplo, países como Estados Unidos tienen niveles de informalidad cercanos al 5%. ¿Por qué es importante mantener lo más baja posible la tasa de empleo informal? Porque el empleo informal, en términos generales, es equivalente a baja remuneración, baja productividad, condiciones precarias de seguridad social, servicios médicos inexistentes, mala calidad de educación y frágil calidad de vida.
Entiéndase como empleo informal (según el DANE), aquel realizado en empresas de hasta 5 trabajadores. Si sumamos la cifra de empleo informal a la cifra de desempleo, obtenemos un guarismo que causa escalofríos, y lo podemos ver en la figura 2, al que hemos llamado población frágil, y que corresponde, para este ejercicio, a aquel porcentaje de la población activa que no cuenta con un empleo formal.
Ver Imágen (Pdf Full)
Figura 1. Ocupación informal por países.
El 37,5% de la población laboralmente activa, está desempleada o tiene una ocupación informal, lo cual significa, que este importante número de colombianos no aporta el 100% de su productividad potencial a la economía y tampoco cuenta con la seguridad social y calidad de vida, equiparable a un trabajador formal. En nuestro concepto, éste el es nudo gordiano de la baja productividad de nuestra economía y de los países vecinos.
¿Cuál es la razón por la cual no se ha logrado bajar el nivel de informalidad en Colombia? La respuesta puede ser tan compleja como se quiera, pero seguramente tiene mucho que ver con los otros tres ejes mencionados inicialmente: mala calidad de educación, salarios bajos, y clima empresarial negativo.
Ver Imágen (Pdf Full)
Figura 2. Población frágil en Colombia.
Mala calidad en la Educación
En comparación con economías desarrolladas, en Colombia aparentemente el gasto anual por estudiante es bajo. Según la OCDE (Education at a Glance 2016) el gasto en Colombia es US$3.165 anuales a precios de paridad, mientras que la media de esa organización es US$10.493 y la de Estados Unidos, US$15.720. Si miramos este gasto como porcentaje del PIB de cada país, la brecha no es tan grande: 16% en educación primaria y 24% en secundaria para Colombia, comparados con el 22% promedio de los países pertenecientes ala OCDE y 25% en Estados Unidos. Si sumamos el gasto público más el privado, el gasto en educación en Colombia es similar, y en muchos casos superior, a lo que se gastan en países desarrollados, como porcentaje del PIB. Colombia participa en las pruebas PISA desde el 2006, clasificando siempre entre las economías con bajos puntajes y con pequeños avances en las tres áreas evaluadas: matemáticas, lectura y ciencias. Los resultados equivalen a tres años de atraso de los estudiantes nacionales con respecto al promedio de los 35 países miembros de la OCDE.
En matemáticas, el 66,3% de los evaluados obtuvo en el 2015 puntajes inferiores al nivel 2, que es “el nivel básico de las competencias necesarias para participar de manera productiva en la sociedad” (OCDE: ‘La educación en Colombia’). En ciencias, el 49% de los estudiantes y en lectura el 42,8% quedó en esa categoría.
La OCDE recomienda establecer un currículo nacional para la educación escolar y profesionalizar la carrera de los profesores. Esta recomendación tiene sentido, ya que si no se tiene alta calidad en los profesores, difícilmente se tendrá buena calidad en los resultados de los estudiantes.
Debemos garantizar una buena educación, que esté al alcance de todos; sin importar su estrato o su localización. Alcanzar un nivel de educación bueno y homogéneo a lo largo y ancho de nuestro país, seguramente corregirá muchos problemas de nuestra economía, entre los cuales está, por ejemplo, la reducción del empleo informal, ya que una buena educación mejora las probabilidades de encontrar un mejor empleo o de iniciar un emprendimiento exitoso.
Salarios bajos
Nuestra economía tiene unos ingresos anuales por persona muy bajos, si los comparamos con Estados Unidos, con países de la OCDE e incluso con vecinos cercanos como Chile o México (ver figura 3). Una baja productividad, o ingresos bajos por persona, trae muchas consecuencias negativas: bajo nivel de consumo, bajos recaudo de impuestos, bajo nivel de vida, y baja capacidad de inversión en bienes de capital, entre otros.
Ver Imágen (Pdf Full)
Figura 3. PIB por persona empleada.
En la figura 4 se muestran los ingresos diferenciales entre trabajadores formales e informales, de ahí se puede concluir dónde radica realmente nuestro problema: “en el empleo informal”, el cual a su vez está íntimamente ligado con el bajo nivel de educación de la población, que no puede acceder a un empleo formal. ¿Cuánto mejoraría el nivel de ingresos por persona en Colombia, si tuviésemos un nivel de empleo formal similar al del OCDE?, seguramente tendríamos un PIB per cápita similar al de dichos países. Esto será un proceso que llevará muchos años: mejorar nivel de educación, disminuir nivel de empleo informal, mejorar la distribución del ingreso y mejorar nivel de ingresos por persona.
Otra alternativa, quizá de más corto plazo, consiste en incrementar gradualmente el salario mínimo a tasa de paridad, hasta alcanzar un valor similar al salario mínimo en economías fuertes, en un horizonte de 15 o 20 años. Esta propuesta está en contra posición con la propuesta de la OCDE, que recomienda todo lo contrario: limitar el crecimiento del salario mínimo para aumentar el empleo formal. En nuestro concepto esto sería un error, porque por un lado no se lograría una mejora sustancial en los números del empleo formal, en cambio sí deterioraría aun más nuestro ingreso per cápita, respecto a otros países.
Ver Imágen (Pdf Full)
Figura 4. Ingreso bruto trabajadores formales e informales.
También la OECD recomienda salario mínimo diferencial por regiones y para los jóvenes. Esta última recomendación nos parece viable y podría contribuir con la formalización del empleo, siempre y cuando no deteriore los ingresos actuales.
La propuesta de un incremento gradual para alcanzar una meta que logre equiparar nuestro salario mínimo con países de economías fuertes, no es tan descabellada ni tan original como parece a primera vista, ya que ha sido propuesta e implementada, por ejemplo, en el estado de California, donde se propuso un incremento anual de $1 /hora del salario mínimo, hasta llegar a $15 /hora en el año 2022, partiendo de $10,5 /hora en 2017, es decir un incremento anual de aproximadamente el 10%, cuando allá tienen una inflación anual de 1,9%. Igual estrategia se implementó en Arizona y Washington, para llegar a $12/hora y $13/hora respectivamente en el 2020, con incrementos anuales de $0,5 y partiendo de $10/hora y $11/hora respectivamente. Colorado por su parte planea incrementar anualmente el salario mínimo en $0,9/hora para llegar a $12 /hora en el 2020, partiendo de $9,3/hora en el 2017.
Los americanos difícilmente pueden ser calificados de ingenuos y menos en estos temas económicos, por tal razón deben conocer muy bien los beneficios de un salario mínimo fuerte: mejorar la calidad de vida de sus habitantes, incrementar la capacidad de compra y de consumo de la población y por tanto el recaudo de impuestos, y por último beneficiar la dinámica empresarial; ya que al mejorar el nivel de consumo también se incrementa el nivel de ventas de productos y servicios. Los efectos perversos inflacionarios que tanto temen nuestros dirigentes locales, serían diluidos en el tiempo, ya que al hacerse un ajuste de largo plazo, dicha presión puede ser controlada mediante los mecanismos tradicionales del banco central.
En el cuadro siguiente se hace una simulación para calcular a cuanto llegaría el salario mínimo en Colombia, en dólares, si se hicieran incrementos anuales del 10% por encima de la inflación, y si se mantuviera la actual tasa de cambio (es decir devaluación cero) durante los próximos 15 años.
Ver Imágen (Pdf Full)
Como podemos observar al final del año 15 llegaríamos a tener un salario mínimo cercano al 55% del salario mínimo en Estados Unidos, cuando hoy lo tenemos en un 13%.
También se debe pensar en implementar métodos de contratación más flexibles, como puede ser el pago por horas, de forma tal que las empresas puedan incorporar o reducir personal fácilmente en caso de cambios en la producción, con lo cual se puede reducir la informalidad y aumentar el nivel de empleo formal.
En conclusión, proponemos hacer un plan de largo plazo en la mejora real del salario mínimo de los colombianos, con lo cual se impulsará en el corto, mediano y largo plazo la economía, controlando los efectos negativos de la inflación. La economía como un todo se beneficiaria inmensamente, tanto, que los posibles efectos inflacionarios, serian absorbidos por el crecimiento económico y mejora del nivel de vida de la población más vulnerable de nuestro país.
No obstante, y como todo el la vida, llevar a cabo un plan como éste, implica renunciar a ciertos sueños (trade-off), que son sinónimo de pobreza en el mundo: convertirnos en zona de maquila (mano de obra barata), a cambio de perpetuar la pobreza. Este nicho ya lo tienen países como la China, y afortunadamente es difícil ganarles en ese terreno. incrementar las exportaciones en flores y otros productos con estrategia de precios bajos, empobreciendo no solo a los trabajadores de estos sectores, sino a todo un país, con el sueño inútil de incrementar las exportaciones a cualquier precio. Solo debemos exportar aquello en lo que realmente seamos competitivos (no necesariamente en precios) y genere valor no solo para los accionistas, sino para todo la economía en su conjunto. Al igual que en las empresas, en las economías de los países, la única estrategia competitiva no debe, ni puede ser, aquella ya desgastada de bajos precios.
Clima empresarial
De nada sirve contar con una población educada y bien formada, con salarios apropiados, si no se tienen suficientes empresas eficientes y rentables, donde buscar y hallar trabajo en forma rápida. El reto para el estado Colombiano es brindar facilidades para la creación de empresas, brindando estabilidad jurídica y tributaria a las mismas; apoyándolas para que optimicen su gestión tributaria, laboral y obligaciones parafiscales, a fin de que no desperdicien sus recursos y pongan en riesgo su viabilidad financiera, por desconocimiento de las normas tributarias y laborales, que cada año cambian, haciendo casi imposible mantener en el tiempo las pequeñas y medianas empresas, quienes además de luchar a muerte en el mercado que les toca, tienen que vérselas con frecuentes visitas o auditorias de la DIAN, de la UGPP (Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales), Impuestos distritales o locales y Ministerio de Trabajo, entre otras. Todas estas auditorías, buscan los famosos “hallazgos”, los cuales terminan en cuantiosas multas y sanciones que ponen en peligro la continuidad de las hasta ahora incipientes empresas, en la mayoría de los casos, por desconocimiento de las cada vez más exigentes normas laborales o tributarias, que amenazan con asfixiar el sector empresarial del país.
Ver Imágen (Pdf Full)
Abdón Sánchez Castillo
Gerente Notinet.
Master of Business Administration (MBA)
Administración y gestión de empresas, de la Universidad de los Andes.
Comentarios
Artículo sin comentarios